Hay ciertas personas que nacen con
un “espíritu emprendedor”, es decir con una cierta motivación a emprender, a
crear algo a partir de su propio esfuerzo y trabajo. Tal como lo manifiesta el
artículo, estos sujetos presentan características tales como: pasión, ambición,
iniciativa, superación, creatividad, liderazgo, organización, entre otras.
Ante una consulta de una persona que desee
emprender algo, como psicólogos debemos indagar si esta persona posee las
características propias de un perfil emprendedor, es decir, si esta persona
posee las cualidades para emprender algún proyecto, tales como las que
destacamos en el párrafo anterior,
debemos conocer sus “competencias emprendedoras” y desarrollarlas al
máximo, acompañándolo en el proceso de emprender, ayudándolo a superar los
obstáculos que se le puedan interponer en el camino, destacando que es
importante que el sujeto logre desarrollar de la tolerancia a la frustración,
ya que muchas veces las cosas no saldrán como ellos deseen por diversos
motivos, se le presentaran diferentes conflictos. De esta manera, debemos
brindarle estrategias, expresándoles que el mejor emprendimiento no es aquel
que no posee conflictos, sino aquel en el cual se desarrollan conflictos pero
pueden ser superados.
El perfil emprendedor comprende: la historia personal; (quién es, de dónde viene, entre otros aspectos); la relación con el trabajo (cuánto de su yo está puesto en la empresa); y las competencias emprendedoras, las cuales responden a un conjunto de
conocimientos, destrezas y actitudes que son requeridas el sujeto que
posee la iniciativa de emprender.
El emprendedor es una persona que percibe
la oportunidad que le ofrece el contexto en que se encuentra y por medio del desarrollo de sus competencias emprendedoras, se dirige al
encuentro de dichas oportunidades.
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